Paredes
Las superficies verticales acumulan polvo tanto como las horizontales. Las paredes pueden parecer limpias pero estar cubiertas de una buena capa de suciedad.
El papel pintado liso o de corcho, el yeso decorativo, los paneles y otros revestimientos que no soportan la humedad pueden limpiarse con una aspiradora y un cepillo normal. Para las juntas profundas entre baldosas de piedra o ladrillo y otros lugares de difícil acceso, utiliza una boquilla para hendiduras. En lugar de utilizar una aspiradora, puedes usar una mopa con un paño de microfibra seco, que recoge bien la suciedad y evita que salga volando. Intenta moverte de arriba abajo y presta atención a las esquinas, ya que allí pueden acumularse telarañas. Retíralas con una escoba, una aspiradora o un cepillo.
Limpia periódicamente el papel pintado lavable y otras superficies que no teman al agua con un paño ligeramente humedecido. Una fregona puede ayudarte a llegar a las zonas más difíciles de alcanzar. Y los azulejos de las paredes pueden limpiarse con productos químicos de uso doméstico. Así, puedes diluir unas gotas de jabón líquido en agua templada hasta formar espuma y, humedeciendo la solución resultante con un trapo o esponja, repasar el revestimiento. O utilizar productos especiales para la limpieza de paredes y suelos, siguiendo las instrucciones del envase. Después del procedimiento, limpie las superficies con un paño limpio y húmedo para eliminar cualquier residuo químico.
Espacio bajo muebles y electrodomésticos
Aunque puedas llegar fácilmente a estos lugares con la mano o con una fregona, a veces da pereza limpiarlos. Pero aun así, una vez a la semana, intente encontrar la energía necesaria para poner orden. Junto con el polvo, los restos de comida, el pelo de las mascotas y las telarañas, debajo de los muebles y otros objetos voluminosos suele haber cosas que parecen perderse para siempre. Así que primero mira ahí debajo con una linterna y saca cualquier cosa de valor. Después, aspira y friega el suelo, sin olvidar los rodapiés.
Limpiar debajo de objetos pesados, como un sofá o una lavadora, puede ser un problema. Pero hazlo al menos durante una limpieza general, digamos una vez cada seis meses. Aparta los muebles y electrodomésticos, aspira los restos grandes y luego friega el suelo con un paño húmedo.
El suelo bajo la alfombra
Aunque se limpie con regularidad, el polvo se acumula debajo.