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Cómo trasplantar una planta de interior en 3 pasos sin dañarla

Cómo saber cuándo ha llegado el momento de trasplantar una planta
Hay dos razones principales para trasplantar una planta. La primera es que la planta necesita tierra fresca llena de nutrientes. La segunda es que no tiene espacio suficiente para crecer y necesita una maceta más grande.

A veces, la propia flor da una señal de que ha llegado el momento de cambiar su “lugar de residencia”. Por ejemplo, empiezan a caérsele las hojas viejas y a crecerle otras nuevas al mismo tiempo. Esto se debe a que las nuevas raíces no tienen suficiente espacio y se ven oprimidas por las viejas.

También es hora de trasplantar la planta lo antes posible si las raíces se han convertido en una “tela de araña” redonda y densa, que sobresale de los agujeros de drenaje o es visible debido a la insuficiencia de tierra.

Otra señal de peligro es el cambio de color de la tierra. Los pequeños guijarros blancos llamados perlita pueden volverse amarillos o marrones. Esto significa que ha llegado el momento de renovar la tierra.

Las plantas jóvenes y de crecimiento rápido deben trasplantarse cada seis meses; con las plantas más viejas, el procedimiento puede repetirse cada pocos años. Al mismo tiempo, las grandes flores de interior no necesitan ser trasplantadas en absoluto. A veces basta con añadir la capa fértil superior.

Participar en el trasplante de plantas de interior aconsejan, por regla general, al final del invierno – principios de la primavera.

Cómo trasplantar
1. Elija la maceta adecuada
La nueva maceta no siempre tiene que ser mucho más grande que la anterior. Si la planta no ha aumentado de tamaño, ni siquiera hay que cambiar la maceta, sino sólo renovar la mezcla de tierra y añadir nutrientes.

Si la flor ha crecido demasiado y hay que cambiar la maceta, elige una que sea sólo ligeramente más grande que la anterior. El espacio entre la flor y el borde de la maceta no debe superar los 2-5 cm.

Elegir una maceta demasiado grande aumenta el riesgo de regar demasiado la planta y puede provocar la pudrición de las raíces debido a que la flor flota en el suelo.

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